En muchas ocasiones, la evaluación se convierte en un sistema injusto que frustra al alumno, al marcar la misma meta sin tener en cuenta los diferentes puntos de partida y capacidades de los estudiantes. Uno de mis objetivos para este año consistirá en conseguir una evaluación que respete las características individuales y que sea formativa, posibilitando el desarrollo de las capacidades del alumnado.
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